lunes, 4 de abril de 2016

Quais du Polar 2016, Lyon. 1 al 3 de abril.


Con muchísima ilusión, pero con un poquito de miedo, por aquello de mi escaso conocimiento de idiomas, he disfrutado de este magnifico festival. Ahora que ha acabado y ya voy camino de casa, me atrevo a decir que es el mejor festival en el que he estado. No es que mi experiencia sea muy amplia en lo que a festivales se refiere, por ejemplo no he estado ni en Gijón, ni en Getafe, ni en Salamanca, pero desde mi perspectiva puedo afirmar que para mi Quais du Polar es la Disneylandia de la novela negra.

La organización es perfecta: los horarios se cumplen a rajatabla, la asistencia de público, mayoritariamente femenino, rebasa en muchas ocasiones los aforos de los espacios habilitados, las colas son enormes (si quieres asegurarte sitio más te vale con llegar media hora antes a los sitios), y la calidad de los participantes, así como de las temáticas que se tratan, hacen imprescindible la asistencia a este festival, como mínimo una vez en tu vida (algo así como ir a la Meca para un musulmán).

En este punto cabe felicitar a todas las personas que han colaborado en su desarrollo: organizadores, informadores, azafatas, moderadores (algunos como Christine Ferniot espectacular), y sobre todo a los traductores que han hecho un trabajo increíble haciendo un esfuerzo titánico para clarificar esta Torre de Babel que es el festival.

Los autores venidos de todas las partes del mundo, de casi todos los continentes nos han hablado de temas interesantísimos. El problema es escoger que es lo que vas a ver. No se puede abarcar todo; diversos escenarios y con los mismos horarios me hecho ir de un lado para otro, pero dada la proximidad de los escenarios (Hotel de Ville, con su impresionante Grand Salon, los Archivos, la Capilla de la Trinidad, el Palacio del Comercio, la Ópera) ha sido en todo momento muy accesible.

Los festivales sirven entro otras cosas para conocer gente nueva, autores nuevos, temáticas novedosas, te abren la mente y el espíritu. Y que ilusión te hace ver autores del país. En esta ocasión han sido Carlos Zanón y Dolores Redondo. Y ver como triunfan, y como en el país vecino son tan queridos y admirados como en el nuestro.

Mi objetivo con este festival se ha cumplido: he descubierto una ciudad magnifica ciudad que para colmo de mi felicidad también tiene ruinas romanas, a autores a los que tengo muchas ganas de leer, como Donato Carrisi, Richard Price, Giancarlo de Cataldo, Mimmo Gangemi entre otros, y haber conseguido asaltar literamente a mis admirados Jo Nesbo y Arnaldur Idridason, que me firmaron las primeras ediciones de sus novelas “Petirrojo” y “Las Marismas”. A todo esto añadir las agradables conversaciones que has tenido con otros asistentes como Salvador Balcells y su esposa Mayte, y la inmensa suerte de en el viaje de ida encontrarte a Dolores Redondo con que estuve conversando durante unas dos horas en la que estuvimos hablando de su obras, sus proyectos futuros y el redaje de la película basada en sus novelas.

Y aún así, aunque el objetivo de mi viaje ha sido alcanzado, me he quedado con ganas de más. Quiero más polar. Así que Lyon, prepárate, porque el año que viene pienso volver.

Os dejo un enlace de El Pais de Juan Carlos Galindo, que vale la pena leer, es tal cual lo explica él



 

2 comentarios:

  1. Hola, he encontrado tu blog buscando información sobre Jo Nesbo precisamente en el Quais du Lyon. Estupendo artículo. Te felicito y te envidio por haber estado allí. Y también te invito a pasarte por mi blog. Un saludo. http://puesyavamosviendo.blogspot.com.es/2015/10/harry-hole-aqui-unos-amigos.html?m=1

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    1. Hola Mariola. Muchas gracias. Yo ya había visto a Jo Nesbo en Sant Cugat del Vallés. Vino en marzo y le hicieron una entrevista en la Biblioteca.
      Me paso por tu blog. Gracias por invitarme a verlo. Un saludo.

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