Reza en el fajín que acompaña la novela; "En Sudáfrica, donde una mujer tiene más probabilidades de ser violada que de aprender a leer......".
Llego a esta novela a través del Club de Lectura de Negra y Criminal. A pesar de que es un tema que no me interesa a priori (Sudáfrica, los señores de la guerra, las tribus, el apartheid), tengo que reconocer que me ha gustado. Y me ha gustado mucho, quizás precisamente, porque no me esperaba nada.
A partir de una infidelidad matrimonial, una mujer es asesinada. Su esposo inicia una investigación y una carrera a través del territorio sudáfricano, ayudado por su padre, para encontrar a los culpables y hacer justicia.
Es una novela dura, terrorífica porque es real, porque cada cosa que te explica sabes que es verdad, que no es la imaginación del autor la que nos está llevando a la espiral de violencia e injusticia que se reflejan en ella, la naturalidad con la que explica el horror de las vidas de los personajes, la fatalidad, la corrupción en grado extremo, todos estos elementos hacen que más que una novela, sea un retrato de la realidad sudafricana.
Todo y con eso, no es una novela crítica. Simplemente relata la realidad, las heridas existentes que ya ves que tendrán que pasar varias generaciones antes de se cierren la heridas causadas tanto por el apartheid como las provocadas por los señores de la guerra.
Podemos ver la transformación de los personajes. Como cambian sus prioridades, como cambian sus objetivos, sus convicciones. Todo ellos llevados por la violencia, la venganza, la injusticia.
No es una novela fácil. En muchas ocasiones me ha recordado un western, y en otras una road movie.
Consejo: Léela. No te arrepentirás.
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