"Vientos de la Habana", basada en la novela de Leonardo Padura, "Vientos de Cuaresma", nos transporta a la capital de Cuba, perfectamente retratada y maravillosamente ambientada en el universo del protagonista, el policia Mario Conde.
No voy a explicar de que va la película, lo que me gustaría reflejar es lo que me ha hecho sentir, lo que me ha transmitido.
He salido del cine con muy buen sabor de boca. Era dificil trasladar a la pantalla todos los sentimientos y pensamientos de los personajes, y lo han conseguido. En todo momento he encontrado creible y acertadas cada una de las escenas, cada uno de los personajes, cada rincón filmado (impagables las escenas rodadas desde el aire donde se ven las azoteas de las casas de La Habana).
Los actores son los personajes, tal cual yo me los imaginaba, no he notado en ningún momento a nadie fuera de sitio, a nadie que no encajara.
Esta película ha conseguido plasmar el mundo de Padura, de Conde, del Flaco, de Conejo, de Candito el Rojo, de Josefina, de Manuel, de Karina. El amor, la pasión, la amistad, la lealtad, la añoranza, la tragedia. Una tarea dificil pero que el director Félix Viscarret resuelve a la perfección.
A mi es que me tiene enamorada el mundo de Conde. Me transporta a esa isla a la que tengo tanto cariño, y que me gustó tanto cuando estuve. Las imágenes de esas calles, esas casas decadentes, de esos árboles majestuosos, el Malecón, el viento, la gente anónima, los bares, el "preu". Es una película que me ha emocionado.
Mi consejo: corre al cine. No te la pierdas.