Con
muchísima ilusión, pero con un poquito de miedo, por aquello de mi escaso
conocimiento de idiomas, he disfrutado de este magnifico festival. Ahora que ha
acabado y ya voy camino de casa, me atrevo a decir que es el mejor festival en
el que he estado. No es que mi experiencia sea muy amplia en lo que a
festivales se refiere, por ejemplo no he estado ni en Gijón, ni en Getafe, ni
en Salamanca, pero desde mi perspectiva puedo afirmar que para mi Quais du Polar
es la Disneylandia
de la novela negra.
La
organización es perfecta: los horarios se cumplen a rajatabla, la asistencia de
público, mayoritariamente femenino, rebasa en muchas ocasiones los aforos de
los espacios habilitados, las colas son enormes (si quieres asegurarte sitio
más te vale con llegar media hora antes a los sitios), y la calidad de los
participantes, así como de las temáticas que se tratan, hacen imprescindible la
asistencia a este festival, como mínimo una vez en tu vida (algo así como ir a la Meca para un musulmán).
En
este punto cabe felicitar a todas las personas que han colaborado en su
desarrollo: organizadores, informadores, azafatas, moderadores (algunos como
Christine Ferniot espectacular), y sobre todo a los traductores que han hecho
un trabajo increíble haciendo un esfuerzo titánico para clarificar esta Torre
de Babel que es el festival.
Los
autores venidos de todas las partes del mundo, de casi todos los continentes
nos han hablado de temas interesantísimos. El problema es escoger que es lo que
vas a ver. No se puede abarcar todo; diversos escenarios y con los mismos
horarios me hecho ir de un lado para otro, pero dada la proximidad de los
escenarios (Hotel de Ville, con su impresionante Grand Salon, los Archivos, la Capilla de la Trinidad , el Palacio del
Comercio, la Ópera) ha sido en todo momento muy accesible.
Los
festivales sirven entro otras cosas para conocer gente nueva, autores nuevos,
temáticas novedosas, te abren la mente y el espíritu. Y que ilusión te hace ver
autores del país. En esta ocasión han sido Carlos Zanón y Dolores Redondo. Y
ver como triunfan, y como en el país vecino son tan queridos y admirados como
en el nuestro.
Mi
objetivo con este festival se ha cumplido: he descubierto una ciudad magnifica
ciudad que para colmo de mi felicidad también tiene ruinas romanas, a autores a
los que tengo muchas ganas de leer, como Donato Carrisi, Richard Price,
Giancarlo de Cataldo, Mimmo Gangemi entre otros, y haber conseguido asaltar
literamente a mis admirados Jo Nesbo y Arnaldur Idridason, que me firmaron las
primeras ediciones de sus novelas “Petirrojo” y “Las Marismas”. A todo esto
añadir las agradables conversaciones que has tenido con otros asistentes como
Salvador Balcells y su esposa Mayte, y la inmensa suerte de en el viaje de ida
encontrarte a Dolores Redondo con que estuve conversando durante unas dos horas
en la que estuvimos hablando de su obras, sus proyectos futuros y el redaje de
la película basada en sus novelas.
Y
aún así, aunque el objetivo de mi viaje ha sido alcanzado, me he quedado con
ganas de más. Quiero más polar. Así que Lyon, prepárate, porque el año que
viene pienso volver.
Os
dejo un enlace de El Pais de Juan Carlos Galindo, que vale la pena leer, es tal cual lo explica él
Hola, he encontrado tu blog buscando información sobre Jo Nesbo precisamente en el Quais du Lyon. Estupendo artículo. Te felicito y te envidio por haber estado allí. Y también te invito a pasarte por mi blog. Un saludo. http://puesyavamosviendo.blogspot.com.es/2015/10/harry-hole-aqui-unos-amigos.html?m=1
ResponderEliminarHola Mariola. Muchas gracias. Yo ya había visto a Jo Nesbo en Sant Cugat del Vallés. Vino en marzo y le hicieron una entrevista en la Biblioteca.
EliminarMe paso por tu blog. Gracias por invitarme a verlo. Un saludo.